La mujer habitada
Texto de Silvia Palacios
Al amanecer emergí… Extraño es todo lo que ha acontecido desde la última vez que vi a Yarice, aquel día en el agua.
Así renace Itzá, quien murió en la batalla contra los conquistadores españoles y quien reencarna en el naranjo que se encuentra en el hogar de Lavinia, una chica independiente que va contra los estatutos de su época (la década de los setenta). Con un trabajo como arquitecta en un despacho, casa propia y nulas habilidades para cocinar; parecería la vida de toda profesionista de nuestra vida diaria, pero no así durante aquellos años y menos en un país bajo una dictadura, como lo es Faguas.
La historia narra desde aquel primer día de trabajo de Lavinia en que conoce a Felipe, con quien tiempo después inicia una relación que, sin esperarlo, la llevará a enfrascarse en la guerra de liberación de su país.
La mujer habitada entrelaza la vida de estas dos mujeres guerreras inconformes con lo que se vive en su época y fieles a sus convicciones y principios; dos mujeres enamoradas de sus guerreros. Lavinia, una chica de estatus no adinerado pero no pobre, con una infancia apegada a su tía y su abuelo debido a unos padres ausentes; e Itzá, una mujer aguerrida y curiosa que no teme envolverse en una batalla.
Desde la página uno, la escritora nicaragüense Gioconda Belli atrapa al lector con una narrativa descriptiva que hace imposible no imaginar cada parte de la casa, de la personalidad de Lavinia y de Felipe, de aquel lugar donde se conocen, del lugar donde se reconocen y más.
Es una obra fluida y contada de una forma tan poética que bien merece la pena ser leída, porque cada una de sus páginas es una pizca de sal que condimenta y da sazón al gran platillo que es este libro.
Itzá es sin duda uno de los alicientes más grandes para seguir leyendo el texto, porque es fácil imaginarla como aquella mujer reencarnada en árbol que pierde un fruto y termina en el cuerpo del otro ser que consumió el néctar, porque es ese testigo silencioso que va presenciando la evolución de la protagonista y, porque a la vez, es un personaje con su propia historia.
Atravesé rosada membranas. Entré como una cascada ámbar en el cuerpo de Lavinia. Vi pasar sobre mí la campanita del paladar antes de descender por un oscuro y estrecho túnel a la fragua del estómago.
Ahora nado en su sangre. Recorro este ancho espacio corpóreo. Se escucha el corazón como eco en una cueva subterránea. Todo aquí se mueve rítmicamente. Expiraciones y aspiraciones.
Si aún no tienes un libro para leer en esta cuarentena, La mujer habitada es una gran opción que te mantendrá en vilo a lo largo de 400 páginas y te hará indagar más sobre la trayectoria de esta poética y reconocida escritora.
Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 120: bit.ly/Alternativas120